UNA APROXIMACION A LA SITUACIÓN DE LAS CANTERAS DE CALIZA EN EL PAIS VASCO

Minería a Cielo Abierto
Peña Forua (1973)
Publicado en 2007
  • Javi Moreno, miembro de la Sociedad Espeleológica Burnia, de Euskadi, ha elaborado un excelente trabajo sobre la situación de las explotaciones de áridos en País Vasco. Un resumen de este trabajo fue publicado en 2007 por la revísta PYRENAICA. Las canteras, que se extienden por toda la Cordillera Cantábrica, desde Euskadi hasta Galicia, suponen un gravísimo problema por sus repercusiones paisajísticas, la contaminación que producen en la atmósfera, los acuíferos, etc. Nuestro agradecimiento al autor por el interés mostrado en que reprodujesemos su trabajo en esta página web.
  • .El País Vasco es un pequeño territorio de 7.089 km2 y densamente poblado, con más de 300 hab/km2. La presión que el conjunto de la socíedad vasca ejerce sobre el medio ambiente es muy alta y los indicadores advierten que continúa en aumento. Pero cuesta aprender la lección: la historia de nuestros últimos siglos está muy unida a la sobreexplotación de los recursos naturales.
UNA APROXIMACION A LA SITUACIÓN DE LAS CANTERAS DE CALIZA EN EL PAIS VASCO
Javier Moreno García – Sociedad Espeleológica Burnia


RESUMEN

En el País Vasco vivimos en un pequeño territorio de 7.089 km2 y densamente poblado, con 300,2 habitantes por km2, frente a la media del estado español con 79 hab/km2 (Fuente EUSTAT). Los medios de los que disponemos son finitos y, sin embargo, en muchas ocasiones actuamos como si nuestras fuentes de abastecimiento fueran inagotables: agua, hidrocarburos, alimentos… La presión que el conjunto de la socíedad vasca ejerce sobre el medio ambiente es muy alta y los indicadores nos advierten que continúa en aumento. Pero nos cuesta aprender la lección: la historia de nuestros últimos siglos va muy unida a la sobre-explotación de los recursos naturales; así con el hierro, la masa forestal… y ahora la caliza.

Un boyante negocio que no para de crecer se encuentra tras una industria extractiva que con sus canteras causa irreparables daños al karst, al medio ambiente y al paisaje. Sin duda necesitamos de los áridos, pero ¿a qué precio?

CONCEPTOS

La minería

La minería es la actividad económica relacionada con la extracción de elementos y minerales del cual se puede obtener un beneficio económico. Los materiales que se extraen se dividen en metálicos (aluminio, bauxita, hierro, oro, plata…) y no metálicos. En nuestro entorno, los yacimientos de origen natural no metálicos son principalmente calizas, margas, mármoles, granitos y pizarras, para usos industriales, ornamentales o áridos.
Los áridos

Se llama áridos a los materiales granulares (pequeños trozos de roca) utilizados en la construcción y en diversas aplicaciones industriales. Su composición y textura es muy variada y según su origen se clasifica en natural, artificial o reciclado. Según datos de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (ANEFA), el 99% de los áridos que se utilizan en España son de origen natural, frente a un escaso 1% procedentes bien del tratamiento y modificación de escorias de obras industriales (artificiales o secundarios), bien del tratamiento de residuos de construcción, demolición y escombros (reciclados).

En general, estos áridos naturales se agrupan, en cuanto a su origen, en tres grandes familias: rocas calcáreas sedimentarias (caliza y dolomía); aluviales, triturados o no (arenas y gravas); y rocas ígneas y metamórficas (granito, basalto y cuarcita).

Su laboreo y extracción se realiza de dos formas: bien mediante la trituración de rocas masivas y consolidas, tipo calizas o cuarcitas (cantera) o bien mediante la explotación de yacimientos detríticos no consolidados, tipo arenas o gravas (graveras).

Los áridos, tras su extracción y tratamiento, presentan diversos usos: edificación y usos industriales, confección de hormigones y morteros (cal, cemento y hormigón), rellenos, escolleras, balastos de vías férreas, bases y sub-bases de carreteras, firmes de aglomerados asfálticos, prefabricados de hormigón, obra pública, piedra para mampostería, etc.

En Europa se estima que existen unas 27.000 explotaciones de áridos que producen 2.840 millones de toneladas al año. En España, según datos de 2002, existen unas 1.900 explotaciones de áridos, de los cuales 51% son canteras y 49% graveras. El 85% de los minerales extraídos en España son caliza, que suponen 500 millones de toneladas anuales y 3.500 millones de euros de facturación (Fuente ANEFA).

Destaca, entre todos ellos, el cemento que representa el 2.2% del consumo total de materiales en el País Vasco. Es el producto industrial más utilizado del mundo, habiéndose incrementado enormemente su consumo en los últimos años hasta multiplicar por cuatro su producción.

Las Secciones Mineras

La normativa de minas clasifica los yacimientos y recursos en cuatro secciones mineras. Aquí únicamente nos afectan los de la Sección A) y la Sección C), que se diferencian exclusivamente en un criterio de clasificación económica. La Sección A) se refiere, principalmente, a los recursos minerales de escaso valor económico y comercialización geográficamente restringida, mientras que la Sección C) se otorga para explotaciones que quieran superar los límites impuestos a la Sección A).

La regulación para cada sección es diferente: los aprovechamientos de la Sección A) requieren de autorización administrativa y duran hasta que se finalice el proyecto para el que se otorgaron. La Sección C) se otorga mediante concesión administrativa por 30 años prorrogables hasta los 90 (aunque parte de la doctrina afirma que este plazo se ha reducido con la nueva ley de patrimonio) y unidos, en cuanto a su extensión, a las denominadas cuadrículas mineras.

La Ley de minas concede a las explotaciones de la Sección C) amplios derechos inalcanzables para la Sección A), entre otros, las mayores facultades de expropiación de los terrenos afectos.

La caliza

En nuestro territorio, es la caliza la fuente principal de áridos. Se trata de una roca sedimentaria porosa de origen orgánico formada mineralógicamente por carbonatos, principalmente carbonato de calcio. Si bien presenta alta resistencia a la meteorización, la acción del agua cargada de anhídrido carbónico provoca su disolución, en un proceso químico denominado karstificación. Y este es el origen fundamental de las cavidades naturales.

Una de sus características, obvias, pero importantes a tener muy en cuenta, es la de ser un recurso natural no renovable: caliza que se extrae del monte, caliza que no se regenera… nunca.
La Ordenación del Territorio y los Planes Territoriales Sectoriales (PTS)

La Ordenación del Territorio ha sido definida en la Carta Europea de Ordenación del Territorio como “la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de toda sociedad. Tiene por objetivo servir al ser humano en un marco de calidad de vida y bienestar para permitir el desarrollo de su personalidad en un entorno organizado a escala humana. Constituye una disciplina científica, una técnica administrativa y la organización física del espacio siguiendo un principio rector”

En el País Vasco, se regula esta materia a través de la Ley 4/1990 de Ordenación del Territorio, en la que se configuran tres instrumentos de ordenación. Consisten, en pocas palabras, en instrumentos comparables a los planes urbanísticos de los municipios, pero a una escala muy superior. Uno de estos instrumentos es el Plan Territorial Sectorial (PTS), destinado a ser un plan de incidencia sobre el territorio en una materia sectorial concreta; así, tenemos los PTS de márgenes y ríos, de energía eólica, de suelos industriales… Otro de esos instrumentos, de rango superior al PTS, son las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), que son el instrumento de ordenación conjunta de la totalidad del territorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco. En estas DOT se prevé que se debe desarrollar un PTS específico para las Zonas Canterables.

LA SITUACION ACTUAL DE LAS CANTERAS EN EL PAIS VASCO

Según el Departamento de Industria, Comercio y Turismo de la Administración General del País Vasco, en sus respuestas parlamentarias de 23 de septiembre de 2005 y 19 de abril de 2006, en Euskal Herria existen 52 canteras que cumplen con los requisitos de estar en situación de funcionamiento activo, con Proyecto de Explotación y Plan de Restauración aprobados, Aval de Restauración depositado y, si procede en su caso, Declaración de Impacto Ambiental.

De éstas, 47 están siendo explotadas y 5 están o bien a la espera de licencias municipales para iniciar o reanudar la actividad, o bien pendientes de decisiones judiciales. No se tienen datos fiables de cuántas de ellas disponen de licencias municipales.

En estos momentos, gran parte de las 52 canteras activas han renovado en los últimos años sus licencias de explotación: 39 son concesiones de explotación de la Sección C) con el plazo máximo de explotación de 30 años prorrogables, en su caso. En la mayoría de los casos, estas concesiones son recientes, por lo que dispondrán de autorización hasta aproximadamente el año 2.030; sin embargo, en otros casos, agotarán sus reservas mucho antes de la finalización de la concesión o bien se acercarán a límites de Espacios Naturales Protegidos, lo que debiera suponer el cierre de la cantera. En aquellas en las que la concesión finalice en un corto plazo de tiempo, podrían solicitarse prórrogas y, de otorgarse, continuar más allá del citado horizonte. Las 13 canteras restantes son autorizaciones de la Sección A), lo que supone que estarán en funcionamiento hasta que termine el proyecto de explotación que tienen actualmente aprobado.

Sólo 28 canteras disponen de Declaración de Impacto Ambiental y, por lo tanto, de medidas correctoras impuestas por el órgano ambiental, sin perjuicio de que puedan haberse recogido otras medidas correctoras junto con la licencia municipal (si se ha otorgado, claro).

Según datos de Industria referidos a 2001, la producción actual de las canteras en Euskadi supera los 15 millones de toneladas anuales. Esta cifra supone un millón de toneladas más que en 1998, aunque ha bajado respecto al 2000 en cerca de 600.000 toneladas. La mayor actividad se genera en Vizcaya, donde funcionan 27 canteras que extrajeron en 2001 casi 8,8 millones de toneladas. En las 18 explotaciones de Guipúzcoa la cantidad extraída ronda los 5,1 millones de toneladas y en las cinco canteras de Álava se alcanzaron en los 1,3 millones de toneladas.

La caliza es, con mucho, la roca que más se explota y consume en el País Vasco. Trabajan en ella 31 canteras, que producen 15 millones de toneladas anuales. El consumo total de áridos en el País Vasco (doméstico e industrial) es de alrededor de 17,5 millones de toneladas, siendo compensado el balance negativo con una importación de 2,5 millones de toneladas caliza al País Vasco desde otros territorios, principalmente de las provincias limítrofes.

A continuación de la caliza se sitúa la extracción de marga, con 850.000 toneladas extraídas en 2001 en las cuatro canteras que trabajan con ella (dos en Vizcaya y otras dos en Guipúzcoa), seguida de la ofita, la arena y el mármol.

Por otro lado, existen otras 165 figuras mineras que no presentan una realidad física extractiva y que se consideran inactivas: permisos de investigación (entre 60 y 70 casos), concesiones sin actividad (es decir, aquellas con permiso no caducado aunque lleven 20 años paradas), concesiones en proceso de caducidad o tramitación… Muchos de estos casos se tratan de explotaciones que no se han adaptado a la legalidad y que, por tanto, están llevando a cabo actuaciones mineras de forma ilegal.

A esto hay que sumar 2.801 canteras y minas abandonadas, según el inventario elaborado por el Gobierno Vasco, principalmente situadas en Bizkaia. La mayor parte de estas explotaciones abandonadas han sido restauradas naturalmente, sin que presenten riesgo para bienes ni personas. E incluso algunas se han convertido en puntos de interés pedagógico, geológico y científico.

LA INDUSTRIA EXTRACTIVA

El sector canterero de áridos

La industria extractiva de áridos es fuente inagotable de beneficios económicos para los empresarios que la forman. El crecimiento del consumo está siendo sostenido, en gran medida gracias a las macro-obras que se están realizando a lo largo y ancho de nuestro país. De hecho, se ha duplicado el consumo de cemento en la construcción en los últimos diez años. Cada año se superan las históricas de consumo para este sector.

El volumen de negocio del sector en 2003 supera los 3.350 millones de euros a nivel nacional. En el País Vasco se cifra este volumen de negocio en 148 millones, que corresponden 24 millones a Alava, 84 millones a Bizkaia y 38 millones a Gipuzkoa (Fuente Gobierno Vasco).

En el País Vasco existen dos grupos muy potentes dedicados a la extracción de áridos: el Italcementi Group, formado, entre otros, por Cementos Rezola y Hormigones y Minas; y el Grupo Cementos Portland Valderrivas, al que pertenece el Grupo Lemona. Entre ambos facturaron 102,8 millones de euros en 2004.

Además, en Bizkaia encontramos la Asociación de Empresas Canteras de Bizkaia (ASECABI). Esta asociación representa a 14 empresas extractivas y más de 30 explotaciones de Bizkaia que, según su Boletín informativo, producen 10 millones de toneladas de áridos calizos al año y aportan el 50% de la producción total del País Vasco. Ha presentado una facturación global superior a los 40 millones de euros en el 2003, lo que les supuso un incremento del 16% respecto al año anterior. Según sus propias palabras (Boletín ASECABI nº 2), se mueven en “uno de los sectores más prósperos”.

Alegaciones de la industria extractiva

En todas las memorias y boletines de este sector, se subraya insistentemente en que los áridos son materias primas minerales fundamentales e imprescindibles para la sociedad y que resulta imposible imaginar la industria de la edificación y la de la obra pública sin el recurso de utilizar masivamente los áridos (Fuente ANEFA). Según ASECABI, en su Boletín nº 2, los áridos calizos son una materia prima no renovable y para la que no existen alternativas en la actualidad. El sector de las canteras es clave en todo el proceso de modernización del País y estratégico en la economía vasca: es el motor de la construcción y ésta, a su vez, es uno de los índices más fiables del relanzamiento de la economía y, por tanto, del incremento de nivel de vida.

Sin embargo, se detecta claramente la preocupación de este sector por el futuro: quieren ampliar sus explotaciones actuales y abrir nuevas canteras. Así, por ejemplo, desde el Boletín Informativo de ASECABI se insiste en la preocupación ante los posibles problemas de desabastecimiento que amenazan a su sector. A tal fin, han entrado en negociaciones con el Departamento de Industria que califican de “positivas, aunque no del todo satisfactorias”

Según ASECABI la solución pasa por ampliar las explotaciones existentes (Boletín nº 2): en algunos casos bastaría con aumentar 100 metros de cresta para garantizar su facturación durante una década más, aunque siempre “chocan con algún Espacio Natural Protegido”. Y exigen de la Administración dar un paso para la apertura de más canteras, aunque –afirman–, las presiones de ecologistas y Ayuntamientos prevalecen ante el Departamento de Industria, que opta por soluciones que no satisfacen al sector canterero.

Aseveran que las canteras subterráneas –única alternativa a las explotaciones a cielo abierto que les va a permitir el Departamento de Industria– son hasta tres veces más costosas, lo que –manifiestan– aumentará el producto final en los consumidores de áridos y será fuente de mayor siniestrabilidad laboral.

LOS PODERES PÚBLICOS Y LAS CANTERAS: BREVE RESEÑA

La actuación hasta el momento por parte del Departamento de Industria

La habitual alegación del Departamento de Industria ante la regulación de la minería en el País Vasco consiste en sostener que las competencias en materia de régimen minero que ostentan las instituciones comunes del País Vasco se reducen casi exclusivamente a las propias ejecutivas, con un desarrollo legislativo de las bases estatales muy limitado (artículos 149.1.25 Constitución y 12.2.c del Estatuto de Autonomía). También se atienen, correctamente, al carácter reglado de las licencias.

No ha sido hasta fechas recientes cuando el Gobierno Vasco ha logrado, por fin –y suponemos que no sin pocos sudores–, que casi todas las canteras del País Vasco dispongan del Plan de Explotación, del Plan de Restauración y que hayan depositado el aval económico preceptivo según el Decreto 115/2000 de 20 de junio, sobre Restauración del espacio natural afectado por actividades extractivas, atesorándose 36 millones de euros por este concepto. Ha costado casi 19 años lograr este escenario (El País Digital; lunes, 27 de enero de 2003).

El Gobierno Vasco destina cantidades importantes de dinero a la restauración de espacios mineros abandonados y subvenciona hasta el 100% de los costos para lograr recuperar el paisaje y lograr que sean destinados a lugares de ocio y esparcimiento. Por este mismo concepto, han recibido fondos FEDER de la Unión Europea.

El Departamento de Medio Ambiente: acuerdo ambiental con el Sector de Canteras

Amparados en la Estrategia Ambiental Vasca, el 11 de junio de 2003 se llevó a cabo un Acuerdo Voluntario (el primero que se logró) entre el entonces Departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente y el sector cementero vasco para la consecución de un desarrollo sostenible. En este acuerdo, el sector cementero vasco estaba representado por dos empresas: Lemona Industrial S.A.U y la Sociedad Financiera y Minera S.A-Cementos Rezola –lo cual es significativo del poder de ambas–.

Este acuerdo se firmó sobre un triple objetivo:
1º.- Minimizar las emisiones y vertidos al aire y agua, minimizar generación de residuos y/o incremento de la valorización de los mismos (esto es, utilizar los residuos generados en otros sectores para sustituir recursos naturales).
2º.- Certificación ISO 14001 o EMAS de las empresas.
3º.- Alcanzar los objetivos de la Directiva IPPC 96/61.
Se establecieron unos indicadores de seguimiento, cuyos resultados esperamos conocer. En el mismo, las empresas se comprometían a redactar memorias de sostenibilidad que tendrían carácter público.
El Parlamento Vasco

Quisiéramos destacar que mucha de la información veraz a la que accedemos los ciudadanos vascos sobre las canteras en el País Vasco es gracias al Parlamento Vasco y a su labor constitucional de control sobre el Gobierno. En este agradecimiento, también hemos de incluir a las Juntas Generales.

Así, el Parlamento Vasco no es ajeno a la problemática de las canteras, y prueba de ello son las numerosas interpelaciones que han realizado, principalmente, los grupos parlamentarios del PP y PSOE.

Cabe destacar que el 10 de marzo de 2006, el pleno del parlamento vasco acordó, a proposición no de ley formulada por el grupo parlamentario Socialistas Vascos, la elaboración de un plan territorial sectorial de canteras: “Debate y resolución definitiva de la proposición no de ley formulada por el grupo parlamentario Socialistas Vascos, relativa a la elaboración de un plan territorial sectorial de canteras”.

EL ACTUAL BORRADOR DE PTS DE ÁRIDOS CALIZOS

Las fuertes presiones que se producen desde una industria económicamente muy potente y la necesidad de regular un sector marcado por un dudoso cumplimiento de la legalidad y por el enorme daño que causa al medio ambiente, ha llevado al Departamento de Industria, Comercio y Turismo a redactar un esperado borrador Plan Territorial Sectorial (PTS) de áridos calizos amparados en la competencia de ordenación del territorio.

El primer comentario que surge es que lo que debiera ser un PTS de zonas canterables, se ha limitado a un PTS que ordena únicamente las explotaciones calizas. Así, se deja fuera de regulación otras muchas explotaciones que, aunque menos numerosas, también requieren de una ordenación territorial. Sería una lástima que ocurriese aquí lo mismo que con el PTS de Energía Eólica y los emplazamientos de menos de 7 molinos, no sujetos a este instrumento territorial ni a sus estrictas determinaciones de localización (léase el Puerto Autónomo de Bilbao o futuribles molinos en el cordal montañero de los Montes de Galdames).

Este documento tiene carácter de información ambiental y obra en poder del Gobierno Vasco (Departamento de Industria, Comercio y Turismo). Nos ha sido facilitada a su vez por una autoridad pública, a la que agradecemos muy sinceramente su disposición hacia los ciudadanos. Se encuentran estos datos que aquí extractamos, consecuentemente, sometidos a lo dispuesto en la Ley 27/2003, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente (incorpora las Directivas 2003/4/CE y 2003/35/CE), y que consideramos muy oportuno difundir adecuadamente.

Este documento, al parecer, inició su singladura en el año 1992 con un Plan de Zonas Canterables. Se justifica su redacción actual en la creciente preocupación del sector empresarial de los áridos calizos acerca del futuro de su actividad y en la necesidad de ordenar el territorio. Así, se recoge que su objetivo último es anticipar los problemas de abastecimiento que alegan las mercantiles del sector.

El contenido del borrador es sencillo en su estructura. Se inicia haciendo un estudio estadístico y minucioso de la industria extractiva en el País Vasco desde 1993 hasta el año 2003, fecha de finalización del informe. A continuación, analiza la cantidad de piedra caliza que desde los diferentes sectores se estima que va a ser precisa, llegándose a la conclusión de que se va a producir un incremento del 10% en el consumo de áridos en un horizonte a medio plazo, hasta llegar a un consumo de 9,7 t/hab.

Concluye que al ritmo previsible de consumo, la falta de suministro de árido hará su aparición en el 2011-2012. Hasta entonces, augura una suficiencia de recurso, esperemos que para tranquilidad del sector canterero.

Aún así, hace un estudio de todas las zonas que presentan una reserva de áridos en el País Vasco y propone desde ahora soluciones para cada comarca o área funcional delimitada desde las Directrices de Ordenación del Territorio (Decreto 28/1997). Para ello, dibuja un escenario en el que propone abrir 112 nuevas explotaciones (45 a cielo abierto y 67 subterráneas); y, además, propone ampliar muchas de las ya existentes.

Para hacernos una idea, traemos aquí la propuesta en dos zonas concretas, de gran valor kárstico y espeleológico: Urdabai y Urkiola. Ambas están protegidas ambientalmente, la primera como Reserva de la Naturaleza por la Ley 5/1998 y la segunda como Parque Natural por Decreto 275/1989.El caso de la Reserva de Urdaibai

Urdabai se sitúa en el Área Funcional de Gernika-Markina. Aquí existen ahora mismo tres canteras de caliza activas:

  • Arizmendi, con una reserva de algo más de 7 millones de toneladas, una producción en 2003 de 300.000 toneladas y una previsión de vida de 24 años.
  • Peña Forua, con una reserva de 2,2 millones de toneladas, una producción en 2003 de unas 100.000 toneladas y una previsión de vida de 23 años.
  • Zubi-Ondo, con una reserva de 3,6 millones de toneladas, una producción en 2003 de 125.000 toneladas y una previsión de vida de 29 años.
  • En total, las 3 explotaciones acumulan unas reservas de casi 13 millones de toneladas y se extrajeron en 2003 algo más de 0,5 millones de toneladas.
La propuesta del borrador de PTS consiste en abrir 25 nuevas canteras, 6 a cielo abierto y 19 subterráneas. Con ello se pretende obtener unas reservas de 3.131,3 millones de metros cúbicos y de 6.720,1 millones de toneladas de caliza.

El caso del Parque Natural de Urkiola

En el Área Funcional de Durango hay cuatro canteras activas, que triplican el consumo de la comarca y son exportadoras a las comarcas vecinas. Se trata de:
  • Apario, con una reserva de 21,7 millones de toneladas, una producción en 2003 de casi 800.000 toneladas y una previsión de vida de 27 años.
  • Markomin-Goikoa, con una reserva de 39,5 millones de toneladas, una producción en 2003 de 2,2 millones de toneladas y una previsión de vida de 17 años.
  • Mutxate, con una reserva de 8,6 millones de toneladas, una producción en 2003 de 476.000 toneladas y una previsión de vida de 18 años.
  • Zalloventa, con una reserva de algo más de 0,6 millones de toneladas, una producción en 2003 de 113.000 toneladas y una previsión de vida de 6 años.
En total, las 4 explotaciones suman unas reservas de 70,5 millones de toneladas y de ellas se extrajeron en 2003 algo más de 3,6 millones de toneladas.

Para esta Área Funcional se seleccionan para su explotación 7 masas nuevas, 3 a cielo abierto y 4 subterráneas. Según las estimaciones del PTS ofrecerán unas reservas de 1.592,5 millones de metros cúbicos y 4.140,7 millones de toneladas de piedra caliza. El PTS afirma que el Área Funcional de Durango va a ser la comarca clave para las reservas en el País Vasco y una de las primeras en las que se propone abrir nuevas canteras.

LAS AFECCIONES CAUSADAS POR LA EXTRACCIÓN DE CALIZA

La actividad minera produce un enorme impacto sobre el medio ambiente y el paisaje. Se puede intentar disfrazar con certificaciones de ISO ambiental o equivalentes, pero la afección es innegable. Daño que, por otro lado, es totalmente irreversible, lo que lo convierte en aún más insostenible.

A los efectos espeleológicos, en mi opinión, las canteras son la mayor amenaza para el medio subterráneo. No solamente se exterminan de raíz hábitats, flora y fauna, se destroza el paisaje, se altera el curso de aguas subterráneas… sino que, además, estamos perdiendo abundante y trascendental información patrimonial-cultural al ser devastados yacimientos que no han podido ser debidamente analizados o, simplemente son desconocidos en ese momento, por falta de estudios adecuados o mejores técnicas disponibles. Junto con ello, la geodiversidad está siendo dañada de forma irreversible y con ello información que generaciones venideras, más desarrolladas que nosotros, serán capaces de gestionar.

De forma sucinta, recogemos algunos de los impactos que producen las canteras. Muchos de ellos son tomados del interesante trabajo de Antón Danilo, publicado en la revista costarricense Ambien-Tico. Así, las canteras de caliza:
  • Producen ruido que altera a la fauna y a los asentamientos humanos cercanos.
  • Emiten al aire y al agua partículas, efluentes líquidos y residuos sólidos. Estas partículas pueden afectar al agua de los ríos a los que drenan. Además, las partículas en suspensión pueden extenderse por acción del viento, causando perjuicios a las poblaciones.
  • Arruinan el paisaje de bellos pueblos rurales, con limitadas fuentes de recursos sino su propio valor ambiental, y que consiguen beneficios económicos durante los escasos años que dura la explotación; pero a cambio deja dañinos efectos permanentes en su medio cuando la empresa canterera se va a otro lugar. Además, nuestra cultura vasca y leyendas están muy ligadas a nuestro paisaje, que no es recuperado tras el abandono de la cantera, por mucho Plan de Restauración que se establezca.
  • Mueven enormes cantidades de piedra, que alteran los ciclos biológicos de los hábitats.
  • Modifican el relieve del terreno, cambiando las escorrentías y cauces epigeos.
  • Se altera el curso de los ríos subterráneos, afectando a la dinámica hidrológica de una cuenca, desecando manantiales, modificando el nivel piezométrico del lugar, e incluso, en algunos sitios en que los niveles freáticos son más bajos, las canteras pueden volverse puntos de recarga subterránea, incorporándose al flujo subterráneo aguas superficiales contaminadas. Así se deben abandonar acuíferos que están siendo usados como captaciones de agua para consumo de boca.
Como recoge Antón Danilo: “en resumen, los tajos generan problemas serios mientras se están operando, deformando el flujo subterráneo, contaminando los acuíferos, secando pozos, manantiales y ríos y generando contaminación a partir de los materiales en suspensión y disueltos que pueden arrastrar sus aguas de desagüe”.

Si bien es cierto que muchas de esas afecciones de las canteras son corregibles, no podemos, en ningún caso, obviar que otras muchas son irreversibles: esa caliza extraída, esa cueva con yacimientos arqueológicos que se ha comido la cantera, esa información sobre el paleoclima o sobre la historia de la Tierra que pasa a formar parte del firme de una autopista, ese cauce subterráneo interceptado… no son en absoluto corregibles ni se regeneran con el paso del tiempo. Y tampoco lo es el paisaje que deja la cantera tras su abandono: ha sido alterado para siempre.

UNA CRÍTICA HACIA EL SECTOR CANTERIL EN EL PAÍS VASCO

Muy pocos macizos kársticos del País Vasco, si es que hay alguno, no tienen una cantera. Las canteras están situadas sin una correcta distribución en el territorio, y así hay entornos, como el de Markina o Bajo Deba, con una importantísima presión extractiva. Ni siquiera los Espacios Naturales Protegidos están a salvo del avance de las canteras, que les obligan a replantear sus límites. Muchos de los Parques Naturales o Biopotos se encuentra literalmente delimitados por precipicios de más de 100 metros realizados por una actividad canterera, como si para nada les afectase la cantera por el mero hecho de que las personas hayamos dibujado una línea sobre un plano que separa lo que merece protección ambiental y lo que no.

En nuestro territorio, el paso de muchas de las explotaciones de la Sección A) a la Sección C) es relativamente reciente. Lo que se iniciaron en su día como pequeñas explotaciones de carácter más o menos familiar y artesano se han convertido en auténticos emporios, en algunos casos de 1 kilómetro de diámetro, y blindados con fuertes derechos y diversas potestades públicas (destaca la de expropiación) fijadas por la normativa preconstitucional, y que bien nos convendría analizar si hoy por hoy es conveniente que residan en manos de estas empresas. Y también habría que replantearse si el carácter de las licencias debiera continuar siendo reglado o, por el contrario, darle un matiz más discrecional.

El resultado final de las otorgadas 39 concesiones para explotaciones de la Sección C) va a suponer 39 zonas de grandes dimensiones totalmente degradadas. Los primeros resultados ya son visibles en ortofotos generales de los territorios históricos.

El Sector canterero es uno de los más prósperos de nuestra economía, como ellos mismos reconocen. Sus beneficios crecen año a año, de forma casi garantizada, como también ocurre con el consumo de materias primas naturales. Las técnicas actuales de explotación optimizan los medios materiales y humanos que precisan en su industria, con lo que los costos disminuyen sin que bajen los precios: una actuación extractiva que hace unos años requería de varios meses y muchas personas, hoy se puede llevar a cabo en pocos días y con pocos trabajadores.

Esta industria ha sido ampliamente conocida por su falta de cumplimiento de la normativa aplicable a su actividad; como se ha dicho, hasta hace pocos años, no se ha conseguido encauzar en la legalidad. Y aún así, según recoge el diario digital El País de 20 de marzo de 2006, el Departamento de Industria asegura que superan las cien las concesiones, autorizaciones, permisos y demás figuras mineras que no cumplen con la legalidad. Echando un cálculo rápido, y teniendo en cuenta los datos del Departamento de Industria facilitados al Parlamento Vasco, hay 216 actividades mineras –52 canteras y 165 mediante otro tipo de figuras–, de las cuales al propio Departamento le consta que un número de ellas superior a cien se están llevando a cabo de forma contraria a la ley y, además, no se sabe cuantas deben disponer de Declaración positiva de Impacto Ambiental y no lo tienen (sólo saben que hay 28 que sí lo tienen), ni se sabe cuantas carecen de licencia municipal. Ello supone que, de ser acertados estos cálculos, al menos un 46,3% de sus actividades están fuera de la legalidad.

En este mismo diario, por el Gobierno Vasco se justifica tal incumplimiento de la legalidad y la falta de controles públicos eficaces, en los altos costes económicos y en las rápidas adaptaciones tecnológicas precisas para realizar las explotaciones. Esta afirmación, poco consistente de por sí en un Estado de Derecho, debiera vencer a la vista de los importantes beneficios económicos de este sector y de los ingentes medios materiales y humanos de los que disponen.

De hecho, y de una visión rápida de las bases de datos de jurisprudencia, se concluye sin mucho esfuerzo que el sector canterero es muy dado a la interposición de recursos contenciosos ante las Administraciones Públicas para la consecución de sus intereses. Así concluimos con lo evidente: ellos se permiten actuar fuera de la legalidad que les es de aplicación, pero se aprovechan del sistema legal y de sus fisuras para su propio interés. Sería muy interesante comprobar cómo serían las cosas si las asociaciones ambientalistas y colectivos afectados por su actividad tuviesen disponible la misma información ambiental y esa misma maquinaria legal, técnica y económica para hacer frente a los gastos de postulación.

Por otra parte, frente a sus afirmaciones de que no existen materiales que puedan sustituir la piedra natural, podemos comprobar que en los Países Bajos y Dinamarca, donde no hay recursos de áridos, están construyendo constantemente, eso sí, con una normativa muy estricta en materia de reciclaje de los residuos y consiguiendo que hasta el 95% de los residuos sean reciclados. Sin perjuicio de las importaciones que estos países precisan, el dato nos debe hacer reflexionar sobre la posibilidad real de buscar sustitutivos al árido natural en el País Vasco, como ya hacen otros pequeños países.

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco ha recogido en un libro sobre la necesidad total de materiales que no existe una dependencia directa entre el ciclo económico vasco y los requerimientos de materiales, con lo que nuevamente se desmonta su argumento, tan manido por esta industria, de que una sociedad es tanto más avanzada y moderna cuanto más árido consume. Aparte de aquella afirmación técnica, este argumento debiera caerse si nos remitimos a otros sectores como el del agua y de los hidrocarburos, donde son constantes las campañas mediáticas y tributarias para conseguir una reducción en el consumo humano de estos bienes ambientes, a lo cual parece ajeno el sector extractivo respecto a los áridos: una sociedad es tanto más moderna cuanto mejor se adapta a su entorno.

Desde el Departamento de Industria, Comercio y Turismo se está obligando a que las explotaciones se realicen en subterráneo. Dos son las objeciones que se han hecho públicas por ASECABI, como ya se ha comentado: que los costes se incrementan en exceso y que la siniestrabilidad laboral subirá. Respecto a la primera, el Gobierno Vasco ha realizado simulaciones y modelos acompañados al PTS de los que se desprende que el coste de tales explotaciones no es tan abultado como se quiere hace entender. Y en cuanto a la segunda, una buena política de prevención de riesgos –muy regulada para este sector– debe implantarse, sin olvidar que este tipo de explotaciones moverá el mercado laboral, ya que requieren de más personal y más cualificado.

Existe, según se comprueba, una importante preocupación del sector por la obtención de premios ambientales, certificaciones de sostenibilidad… Desde mi punto de vista, habría que cuestionarse qué tipo de certificaciones ambientales son esas que se otorgan a empresas cuyo objeto social es destruir el medio de forma irreversible. Pero en cualquier caso, no parece sino una lavada de cara ante el público, generalmente muy desinformado en materia ambiental.

En cuanto al entramado oligopolístico de las industrias extractivas, me remito al debate parlamentario de 10 de marzo de 2006 sobre el PTS, en el que se afirmó que uno de los objetivos del PTS sería “acabar(ía) con la situación oscurantista y falta de transparencia que impera en el sector”, ya que “muchas veces son las mismas empresas –casi todas ellas muy conocidas– las propietarias de la práctica totalidad de las canteras que existen en Euskadi.” Este PTS “establecería unos criterios de publicidad e igualdad de oportunidades entre los empresarios del sector a la hora de concurrir para obtener las concesiones de las explotaciones”. Así, “regulando y ordenando el sector debería producirse un descenso de la picaresca en una figura que es la concentración de labores”, poniéndose como ejemplo el caso de las canteras de Olatz y San Blas en Mutriku. También fue dicho en sede parlamentaria que “necesitamos de un debate enriquecedor, es importante y urgente que el Ayuntamiento tome decisiones ante este tema y que no siempre tiene que coincidir con los empresarios, hasta ahora acostumbrados a funcionar sólo según sus intereses y con total desprecio hacia el medio natural”.

Ya entrando en el PTS, trasladar mi postergación tras haberlo estudiado. Lo que se esperaba como una solución a muchos males del pueblo vasco y su medio ambiente, se ha mostrado una herramienta que vence claramente hacia el lado del sector industrial y su beneficio económico. Creemos que este borrador de PTS está muy lejos de alcanzar los objetivos medioambientales sostenibles en las canteras de caliza y su afección a las cuevas. Si bien hace unas interesantes propuestas sobre el reciclado, al que luego haremos referencia, y afirma que hay piedra suficiente como para no ser tan alarmistas como pretende el sector extractivo, sorprende que proponga la apertura de 112 nuevas canteras en el País Vasco: ¡¡¡cuadriplica el número de canteras de áridos existentes ahora mismo!!!. Y las cifras de piedra caliza a extraer y los enclaves en los que se sitúan son decepcionantes para los que deseábamos del PTS una regulación sostenible. La primera pregunta que surge es: ¿qué se les va a dejar a los que vienen detrás de nosotros?

La mayor crítica que se puede hacer –y considero que suficiente como para echar tierra sobre este proyecto– es que el borrador de PTS obvia absolutamente la variable ambiental. Como se ha visto, sitúa emplazamientos en todos los Espacios Naturales Protegidos y abarcándolos enteros. Si bien es un trabajo meticuloso e interesante (el primero al que hemos tenido acceso los ciudadanos, al albur de la información ambiental, para conocer cómo está el sector), desde luego entiendo que difícilmente puede considerarse como un proyecto sostenible y de ordenación de todas las variables del territorio: no es un PTS, sino un inventario de todos los lugares de el País Vasco en los que se pueden abrir nuevas canteras.

Ciertamente, el proyecto es interesante en muchos aspectos, y sobre todo en la obligatoriedad que a regañadientes va a imponerse a las mercantiles de tender hacia explotaciones subterráneas. Sin embargo, creemos que se ha malinterpretado por el órgano público qué deben ser las explotaciones subterráneas, y lo que es peor, se demuestra un total desconocimiento del subsuelo y funcionamiento hidrológico de los entornos kársticos.

Desde la Cátedra de Hidrogeología de la UPV, el especialista de reconocido prestigio Dr. Iñaki Antigüedad ya se ha pronunciado sobre este particular junto con un compañero, afirmando que este proyecto acaba con los acuíferos más potentes del País Vasco: difícilmente podremos hacer frente al futuro sin reservas de agua, que nos harán falta. Hemos de ser capaces de transmitir a los técnicos que redactan el PTS que esconder bajo tierra una explotación para no causar impacto paisajístico es distinto que ordenar el territorio: no puede negarse que existe intercambio de energía entre el suelo y el subsuelo, y que lo que pase en el subsuelo afectará a la superficie. Y esto no se ha tenido en absoluto en cuenta, a la vista del resultado.

ALGUNAS PROPUESTAS

Efectivamente, el País Vasco poco o nada puede hacer ante la competencia legislativa básica estatal del régimen minero, regulada básicamente por la Ley 22/1973 de Minas y por el Real Decreto 2857/1978 que se aprueba el Reglamento General para el Régimen de la Minería, ambos anteriores a la Constitución. Sin embargo, el País Vasco dispone de un amplio margen de movimiento en otros ámbitos competenciales, bien mediante su competencia exclusiva en Ordenación del Territorio, bien mediante el desarrollo de bases y ejecución de la materia ambiental; y ello, con el total respeto a los pronunciamientos del Tribunal Constitucional y, entre otros, a su doctrina recogida en la importante STC 64/1982 sobre la reconciliación que debe existir entre el medio ambiente y la minería.

Desde hace muchos años, se lleva insistiendo en la necesidad de regular el sector de extracción de calizas. Y es imprescindible que se realice a una escala superior a la municipal. Sin tener que remontarnos a la propuesta del Instituto Geológico Nacional sobre un Plan Nacional de Áridos (herramienta que también puede ser muy válida, tanto como desconocida, pero mencionada en algún congreso), se antoja imprescindible una coordinada política multisectorial e interadministrativa para conseguir, en la medida de lo posible, cumplir a la vez con los mandatos constitucionales de respeto al medio ambiente y desarrollo económico.

Desde mi punto de vista, la situación tiene que abordarse por las Administraciones desde dos líneas. La primera con vistas al ciclo de vida de la caliza, es decir, desde el aspecto ambiental; la segunda, mediante una buena política de ordenación del territorio.

En cuanto al aspecto ambiental, ha de evaluarse detenidamente el ciclo de vida de la caliza, con herramientas como la familia de las ISO 14040. Ya hemos comentado el caso de los Países Bajos y Dinamarca, donde está prohibido el vertido de residuos aptos para el reciclaje: debe impulsarse y concienciarse sobre el uso de los áridos reciclados y artificiales, reduciéndose el árido natural. Según se señala desde el Parlamento Vasco, en España se ha estudiado el reciclaje de áridos para usos en hormigón con buenos resultados: se puede utilizar un 20 % de árido reciclado en el hormigón sin merma en su calidad, lo que supondría un ahorro de hasta 7,7 toneladas de caliza, esto es, si el consumo se mantuviera podríamos cerrar hasta tres canteras vascas.

Además, hay que dar más protagonismo y empaque a las vinculantes Evaluaciones de Impacto Ambiental, excelente herramienta, al menos teóricamente. Las consiguientes Declaraciones deben ser cumplidas estrechamente. Lo mismo en cuanto a los Planes de Restauración de las canteras, que deben ser más ambiciosos que colocar un manto de tierra y unos árboles sobre las abandonadas terrazas.

La información ambiental relativa a las actividades extractivas debe estar al alcance de los ciudadanos: proyectos, planes de restauración, etc. Hoy es toda una aventura conseguir información relativa al estado de las canteras: negativas de secretarios municipales, silencio de las administraciones…

Ya desde una perspectiva de Ordenación del Territorio, se debe ordenar el espacio con criterios propios de esta materia, de forma sostenible, y dando el protagonismo a las explotaciones subterráneas que sean estrictamente necesarias en lugares donde el impacto al endokarst sea mínimo –y no dando por bueno cualquier lugar que no se vea–.

La herramienta apropiada para tal ordenación es el PTS de zonas canterables que viene compelido desde las DOT.

Así se considera también por el propio Parlamento Vasco, quien aprobó la proposición no de ley para acometer ese PTS. Tal es así, que en debate parlamentario se comentó que “no se puede dejar la tarea [de establecer la situación de las canteras] en manos de los Ayuntamientos, puesto que se hace necesaria una visión general y pública del sector, que permita responder a las necesidades de áridos que este país tiene de una forma sostenible y responsable con el futuro de Euskadi, estableciendo una política pública que tenga una visión global de país”. Pero se ha de desechar el borrador de PTS presentado, por no ser fiel a los fines de valorar las diversas variables a ponderar en la ordenación territorial, si bien puede ser un buen punto de partida para conocer la situación en la que nos encontramos ahora. Además, el PTS no debe recoger meras recomendaciones, sino auténticas determinaciones vinculantes para los redactores urbanísticos.

Y todo ello acompañado de una estricta función de policía que controle el cumplimiento de la legalidad y, en particular, de los límites extractivos y de los planes de restauración una vez finalice la obra; y los supuestos incumplimiento de la normativa vigente y de sus propios planes aprobados por la administración competente deben ser sancionados con penas económicas disuasorias.

Pero también hay tareas para el sector civil, que tiene que invertir en I+D+I, para conseguir:
  • Materiales que sustituyan el árido.
  • Mejores técnicas de explotación: en los últimos años mejoras en el avance de los frentes han reducido en casi un 25% la cantidad de material que se pierde.
  • Mejora del diseño de la cantera en sus fases de apertura y operatividad.
  • Mejora del estado de la cantera tras su abandono. Los Planes de Restauración que se están llevando a la práctica hoy en día son grimosos.
Otro importante aspecto es reducir el consumo de áridos. Para ello, se optarán por las políticas, planes, programas y proyectos (las famosas cuatro “p”) que requieran del menor consumo de materia natural. Esto debiera tenerse en cuenta respecto, por ejemplo, al Puerto Exterior de Pasaia, que va a requerir 41.874.381 toneladas de árido: ello supone absorber el 31% de todas las reservas de árido actuales de Gipuzkoa o el equivalente al consumo de árido de más de dos años por toda la sociedad vasca. Lo mismo cabe decir de la Y Vasca que va a precisar, según las estimaciones, de 5.122.939 toneladas de árido.

Nuestros sucesores tendrán que asumir las consecuencia de nuestros actos: ¡pensemos en ellos cuando actuemos sobre el territorio y el medio ambiente! Y no dejemos de lado el medio ambiente que nos rodea, apartando concepciones antropocéntricas y asumiendo la ecocentricidad; somos un animal más que está sometido a unas leyes naturales taxativas para lograr un equilibrio de nuestro habitat: agua, aire, suelo, fauna, flora, paisaje, geodiversidad… Hemos avanzado tecnológicamente, pero por ahora no tanto como para luchar contra esta normativa natural.

Es preciso que el sector público esté coordinado. Y el empresarial debe asumir que su actividad es de un impacto irreversible, sin que sus legítimos beneficios económicos puedan superponerse a los sociales y ambientales y deberán sacrificarse, como lo tenemos que hacer todos los demás ante ellos, con vistas a un desarrollo sostenible.

Y finalizando con palabras de un parlamentario vasco: hay que imponer una “serie de normativas que permitan que nuestro medio ambiente no se siga devastando y que la actividad industrial derivada de las canteras no sea una actividad industrial que perjudique al conjunto de la ciudadanía, que sólo beneficie a unos pocos, y que no esté regida por el interés público.”
CURIOSIDADES
  1. La producción actual de las canteras vascas supera los 15 millones de toneladas anuales, mientras que el consumo llega a 17,5 millones. Así, se importan 2,5 millones de toneladas de áridos.
  2. En el País Vasco, las perspectivas de consumo promedio hasta 2014 son de 17,9 tn/año, esto es, se incrementarán en un 16%.
  3. El precio medio del árido a nivel nacional es el de 5 euros/tonelada árido. En el País Vasco es: Alava: 5,56 euros/tn ;Gipuzkoa: 5,61 euros/tn; y Bizkaia: 7,20 euros/tn
  4. Los áridos son la primera materia prima consumida por el ser humano después del agua. Con el consumo actual:
  5. La media es de unas 7,5 toneladas por habitante y año. Esto significa que se consumen 20 kilogramos por habitante y día. Una persona en toda su vida utilizará más de 850.000 toneladas de áridos. Esto supone el contenido de 32 camiones bañera.
  6. El País Vasco es de los de más bajo consumo, con 8,3 tn/habitante (incluidas las importaciones). En Europa, se consume una media de 8,00 tn/hab y en España 9,7 tn/hab
  7. Las cantidades de áridos requeridas para diversos productos son:
  • Para la fabricación de 1 m3 de hormigón son necesarias 1,9 toneladas de áridos.
  • Para una vivienda unifamiliar entre 100 y 300 toneladas.
  • Para un colegio entre 2.000 y 4.000 toneladas.
  • Para 1 kilómetro de vías de ferrocarril unas 10.000 toneladas.
  • Para 1 kilómetro de autopista unas 30.000 toneladas.
  • 1 tonelada de vidrio requiere 700kg de arena muy pura y 300kg de dolomía y caliza.
AGRADECIMIENTOS

A Ber y Alfonso, por sus sabios comentarios, a quienes debo mi opinión crítica en esta materia. A Inma, por la corrección del texto. Al GEA, y en especial a Javi Maeztu.

Los aciertos de este artículo no se deben a mí, sino a otras personas más versadas que yo. Los errores, por el contrario, sí se me deben achacar en exclusiva.

BIBLIOGRAFIA

Respuestas parlamentarias del Parlamento Vasco en relación a la materia de canteras: http://parlamento.euskadi.net/

Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco. Borrador del PTS de áridos Calizos. 2005.

Serie Programa Marco-Ambiental nº 25, julio 2003. Contribución ambiental del sector del cemento al desarrollo sostenible en el País Vasco (2003-2006). Ed. Sociedad Pública de Gestión Ambiental IHOBE

Serie Programa Marco-Ambiental nº 7, mayo 2002. Necesidad Total de Materiales de la Comunidad Autónoma Vasca. Ed. Sociedad Pública de Gestión Ambiental IHOBE.

Asociación de Empresas Canteras de Bizkaia: Boletín informativo nº 1 y 2. http://www.asecabi.com/

Danilo, Antón: Ambien-Tico, Revista mensual sobre actualidad ambiental Nº 96 “Impacto Ambiental de Tajos y Canteras”. Septiembre del 2001. Disponible en http://www.una.ac.cr/ambi/Ambien-Tico/96/anton.htm.

DIRECCIONES DE INTERNET

www.ingurumena.net
www.ihobe.net
www.italcementigroup.com
www.lemona.com
www.fym.es (Sociedad Financiera y Minera, S.A.)
www.cementosrezola.com
www.cembureau.be (Asociación Europea del cemento)
www.oficemen.com (Agrupación Nacional de Fabricantes de Cemento)
www.climent-catala.org (Fabricantes de Cemento de Cataluña)
www.gremiarids.com
www.aridos.org (ANEFA, Asociación Nacional de fabricantes de áridos)

Javi Moreno García
Sociedad Espeleológica Burnia
javigor@euskalnet.net

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