Contra viento y marea: el largo camino para preservar la marisma de Txipio

Txipio Bai Elkarte Naturalista

Hace unos meses, volviendo a casa de una reunión con técnicos de la administración para tratar de corregir algún horror de los que amenazan el entorno de la Ría de Plentzia, reflexionábamos sobre el paso del tiempo y de cómo nos hemos ido encontrando paulatinamente con interlocutores cada vez más jóvenes que nosotros. Por eso, ahora no es fácil resumir todo lo que hemos hecho en la Asociación Naturalista Txipio Bai durante estos últimos 12 años, desde que un grupo de personas nos organizamos para intentar preservar un humedal en la Ría de Plentzia. Frente a la idea generalizada de que sólo se trataba de un sitio infecto poblado por ratas y mosquitos, algunos destacamos su interés y su valor naturalístico, y poco a poco fuimos haciendo que la marisma de Txipio adquiriese protagonismo en nuestra sociedad más cercana. Obviamente no ha sido una tarea fácil ya que nos hemos topado con variados y poderosos enemigos. Un negocio inmobiliario de 20.000 millones de pesetas utilizando como cebo la construcción de un puerto deportivo en el espacio que ocupa el humedal era (y sigue siendo) un bocado muy grande para un pequeño grupo de entusiastas. Y como suele ocurrir en todos los grandes viajes también nosotros hemos cambiado mucho por el camino.
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Maqueta del puerto deportivo.

Siendo las marismas ecosistemas muy escasos en nuestro litoral acantilado, intuitivamente nuestra actividad inicial se centró en llamar la atención sobre los organismos tan peculiares que pueblan estos medios. Esta “fase biológica” de nuestro trabajo nos llevó a realizar charlas, pegar carteles, editar un vídeo y un libro sobre los valores naturales de nuestro entorno, escribir artículos en la prensa y en las revistas del movimiento ecologista, organizar excursiones para los escolares de la zona, emitir un programa de radio semanal, editar unas guías con itinerarios naturalísticos, participar en campañas europeas de educación ambiental, colocar paneles mostrando las especies que pueblan estos ecosistemas, promover artículos científicos, etc. Pero la enorme capacidad de maniobra que tiene el dinero y sus gestores privados y públicos nos llevó a utilizar simultáneamente otras tácticas.

En 1995 el Ministerio de Medio Ambiente aprobó el deslinde del dominio público marítimo-terrestre (Ley de Costas, 1989) que sancionaba el carácter marismeño del humedal de Txipio y, en consecuencia, hacía imposible la construcción de un puerto deportivo de titularidad privada con 600 amarres rodeado de una urbanización de 750 viviendas. Esta aprobación fue recurrida tanto por la empresa promotora, Marina de Txipio SA, como por el Ayuntamiento de Barrika. Por el contrario, la Asociación Naturalista Txipio Bai se personó en el caso apoyando el deslinde propuesto por la Demarcación de Costas. A finales de 2000 la Audiencia Nacional emitió sentencia desestimando el recurso presentado por las partes interesadas en el proyecto urbanizador y dando la razón a los defensores del humedal. Por otra parte, durante ese tiempo el Gobierno Vasco había clasificado en su Plan Territorial Sectorial de Zonas Húmedas de la CAPV a la marisma de Txipio como Área de Especial Protección, y en 1996 la Comisión Técnica Interdepartamental de las Consejerías de MedioAmbiente y Obras Públicas declararon “inasumibles los costes ambientales” que se derivarían de la construcción de este puerto deportivo que estaba previsto inicialmente en la planificación del Gobierno Vasco. A pesar de todo ello, tanto la empresa promotora como el Consistorio de Barrika presentaron en 2000 un recurso a esta nueva sentencia y esta vez ante el Tribunal Supremo. Ahí se encuentra la “fase legal” en este momento.

Por si esto no fuera suficiente el Ayuntamiento de Plentzia, cuyo municipio comparte Txipio con el de Barrika, ha propuesto en su reciente avance de normas subsidiarias la contrucción en esta marisma de nuevos bloques de viviendas, alegando que el deslinde del Ministerio aún no es definitivo y que, a juicio del alcalde, el humedal de Txipio no es una verdadera marisma sino una zona encharcada que se inunda por las aguas salobres del estuario debido a la falta de mantenimiento de las clapetas que deberían impedirlo. Contrasta esta actitud actual con la mantenida por el anterior alcalde que no veía con buenos ojos el proyecto inmobiliario sobre la marisma y, de hecho, no se opuso en su momento al deslinde provisional del Ministerio.
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Vista de Txipio.

Los intentos para torpedear la aplicación de la Ley de Costas y de ignorar su contenido son numerosos en todo el litoral, pero en este caso los argumentos utilizados han sido particularmente pobres y malintencionados. Afirmaciones tales como “la vega de Txipio toda la vida ha sido una zona de huertas” o que la carretera rectilínea que separa Txipio del cauce de la ría se asienta sobre “un muro de origen natural” se han esgrimido en las alegaciones jurídicas y demuestran ignorancia histórica y científica además de mala fe. Que la marisma original de Txipio fue separada artificialmente de la ría hacia el año 1860 mediante la construcción de un muro con fines agrícolas ya se recoge en un libro editado por el propio ayuntamiento de la villa (Hormaza, 1998). Pero además la historia ambiental reciente de este humedal con sus diferentes fases evolutivas (marisma antigua original/ huerta/ marisma regenerada actual) ha podido ser demostrada por Cearreta et al. (2002) y las características actuales de su vegetación tan singular han sido puestas en evidencia por Onaindia y Amezaga (1999).

De nuestra pequeña historia podemos sacar un par de conclusiones muy sencillas. Por una parte, que el valor ambiental de esta marisma para todos los que no vemos la naturaleza como un mero “recurso” reside en su propia existencia como un ecosistema diferenciado que posee unas características geobiológicas singulares (sedimento fangoso y organismos adaptados a frecuentes e intensos cambios de salinidad). Por otra parte, que las amenazas que se ciernen sobre Txipio van a ir cambiando a lo largo del tiempo y, sea por la construcción de un puerto deportivo o de un bloque de viviendas, el único medio para preservar su singularidad frente al negocio inmobiliario es el reconocimiento legal de su valor como un bien natural de carácter público. Estas ideas, que son válidas en cualquier lugar de nuestra geografía, adquieren una importancia mayor en esta zona marginal del Bilbao Metropolitano donde la presión urbanizadora y el negocio a cualquier precio están de moda en nuestros ayuntamientos.
Referencias
  • Cearreta, A.; Irabien, M.J.; Ulibarri, I.; Yusta, I.; Croudace, I.W. y Cundy, A.B. (2002) Recent salt marsh development and natural regeneration of reclaimed areas in the Plentzia estuary, N. Spain. Estuarine Coastal and Shelf Science, 54, 863-886.
  • Hormaza, J.M. (1998) Gentes de Plasentia de Butrón-Plencia. In Plasentia de Butrón-Plencia-Plentzia. Apuntes II (Ayuntamiento de Plentzia/ Fundación Bilbao Bizkaia Kutxa, eds.), Bilbao, pp. 99-117.
  • Onaindia, M. y Amezaga, I. (1999) Natural regeneration in salt marshes of northern Spain. Annales Botanici Fennici, 36, 59-66.

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