Sondeos frente a la costa vasca.



Dos petroleras piden permiso para prospecciones Piden permiso al Gobierno central para ejecutar el plan 'Mesana' y analizar 458.000 hectáreas de fondo marino en el Golfo de Bizkaia

EL CORREO /BILBAO. Dos petroleras han dado el primer paso para que el Golfo de Bizkaia vuelva a acoger prospecciones marinas en busca de hidrocarburos (petróleo o gas), una práctica más o menos habitual en los años 80 y 90 pero que ahora genera un importante rechazo social allí donde se ha intentado retomar. También en Euskadi. El Ministerio de Industria anunció ayer el inicio de los trámites burocráticos para analizar la viabilidad de 'Mesana', un proyecto que plantea explorar 458.000 hectáreas 'la extensión que ocuparían más de 460.000 campos de fútbol unidos' de subsuelo marino frente al litoral vasco. Se presenta como el mayor sondeo que se ha desarrollado nunca en la zona, aunque también el realizado a mayor distancia de la costa: se ejecutaría a unas 40 millas marinas (70 kilómetros) al norte del Puerto de Bilbao y a unas 50 del territorio francés. Industria ha abierto un plazo de alegaciones antes de otorgar el permiso, aunque el plácet definitivo, y el más costoso, tendrá que darlo posteriormente el Ministerio de Medio Ambiente.

El proyecto ' Mesana' ha sido planteado conjuntamente por las multinacionales Shell y Capricorn, que pretenden sondear un extenso área de actuación dividido en cinco cuadrículas de entre 98.000 y 82.000 hectáreas cada una. Los puntos de prospección más occidentales se ubicarían sobre la localidad cántabra de Laredo y los más orientales a la altura de San Sebastián. Si se mantienen las técnicas utilizadas habitualmente en el Golfo de Bizkaia, la búsqueda de hidrocarburos se realizaría mediante pequeñas perforaciones en el fondo marino.

Si se echa la vista atrás, la costa vasca ha registrado varias prospecciones en busca de gas. Entre los sondeos más relevantes destaca el del campo de La Gaviota, ubicado a unos ocho kilómetros de Bermeo. En 1980 se descubrió un yacimiento y la antigua Empresa Nacional de Investigación y Explotación de Petróleos (Eniepsa) inició la construcción del conocido depósito que sigue ubicado frente a la costa vizcaína. La obra supuso una inversión de casi 60.000 millones de pesetas (hoy en día equivaldrían a unos 700 millones de euros) y aunque se estimó una capacidad del yacimiento de 12.000 millones de metros cúbicos y un periodo de explotación de 12 años, las reservas se agotaron en 1988 después tras haberse extraído algo más de la mitad.

El cese de la actividad para la que había sido concebida no supuso la muerte de La Gaviota, sino que el yacimiento vacío fue reconvertido en 1995 en un gran depósito de gas importado de terceros países. Su estanqueidad natural y su lejanía de la costa hacen que sea doblemente seguro. Entre 1981 y 1997 también permaneció activo el campo de gas Albatros, situado justo sobre El Abra, tras extraerse 729 millones de metros cúbicos de gas y unas 8.000 toneladas de gasóleos.

Reticencias políticas

Después de aquellos grandes proyectos de extracción el Golfo de Bizkaia no ha vuelto a ser removido, aunque no por falta de interés: existe un proyecto de la empresa Enagas que busca ampliar el depósito de La Gaviota invirtiendo 900 millones euros y, tras reunir las autorizaciones previas, la petrolera Repsol aguarda desde 2008 a que el Ministerio de Medio Ambiente autorice, o desestime, los sondeos Pelícano-1 y Fulmar-1 con los que pretende perforar el subsuelo a 16 kilómetros de la costa bermeana. Expertos en la materia aseguran que el proceso 'y lo mismo puede pasar con el que plantean Shell y Capricorn' se encuentra prácticamente paralizado debido a las dudas de las administraciones españolas y vascas. No quieren dar un paso en falso. Primero, por el rechazo social que empieza a generar cualquier prospección marina o terrestre en busca de hidrocarburos 'pese a que los procesos son diferentes'. Y segundo, por el precedente generado por la plataforma de almacenamiento Castor y su relación con los movimientos sísmicos en el litoral levantino.

En este mar de dudas, lo que sigue adelante es el plan para ejecutar dos sondeos en las costas de Canarias que también pretende desarrollar la petrolera Repsol. Pese a que las protestas ciudadanas se han sucedido durante el verano y que el Gobierno insular ha propuesto la celebración de una consulta popular antes de dar cualquier paso, el ministro de Industria, José Manuel Soria, anunció ayer mismo que los sondeos previstos, que ya cuentan con todos los permisos en regla, comenzarán ''aproximadamente a finales de noviembre''.


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