La ballena no es mía


PROBLEMAS CON EL RORCUAL DE ELANTXOBE

La ballena no es mía

Costas descarta asumir la retirada del cetáceo porque «no es un problema de medio ambiente, sino de salud pública»

31.03.12 - 02:15 -

VER VIDEO EN:
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20120331/vizcaya/ballena-20120331.html


Nadie quiere hacerse cargo de la ballena varada en Elantxobe. A pesar del valor científico del esqueleto del rorcual norteño, ninguna administración pública parece dispuesta a retirar el ejemplar, que, tras cinco días encallado en una zona rocosa de difícil acceso, presenta un elevado estado de descomposición. La Demarcación de Costas ha descartado su intervención al considerar que «no se trata de un problema de medio ambiente». En su opinión, «el riesgo que genera es de salud pública, lo que exige la intervención de otras administraciones». En esa línea, «estaríamos dispuestos a tramitar los permisos que resulten necesarios para realizar cualquier actuación en la zona», explicaron.
Sanidad del Gobierno vasco, por su parte, considera que «no será un peligro para la salud pública siempre y cuando se evite la presencia de personas en las inmediaciones, tanto por mar como por tierra». Para ello, han prohibido el acceso a las cercanías «hasta que el ejemplar se descomponga en su totalidad o sea arrastrado por el mar». En el pequeño municipio vizcaíno, la indignación inicial se ha convertido en seria preocupación. Para el Ayuntamiento, los apenas 300 metros que distan entre el cuerpo del cetáceo y las casas más próximas, sumados a la acción del calor, requieren una «pronta actuación».
Un circo
Además, la recomendación de no practicar pesca submarina y otros deportes acuáticos en la zona «ha resultado infructuosa». De hecho, algunos curiosos se han acercado incluso a tocar al cetáceo. «Cada vez parece más un circo», apuntan los residentes. Ante el cariz del problema, el Consistorio exigió de nuevo la intervención «directa y urgente» tanto del Gobierno vasco, como de la Demarcación de Costas. En medio de la marejada, los voluntarios de la asociación para el estudio y la conservación de la fauna marina, Ambar, tratan de buscar una salida digna para los restos del ejemplar, de quince metros de longitud y unas veinte toneladas de peso.
Dado que nadie parece dispuesto a asumir su retirada, «nos hemos puesto en contacto con algunos organismos europeos que pueden estar interesados en el esqueleto por tratarse de un ejemplar norteño muy apreciado para su estudio, pero, de momento, no hemos logrado ninguna respuesta satisfactoria», reconocieron. Entre las posibilidades que se han barajado, además de su retirada a puerto, figura la de acelerar el proceso de descomposición mediante la aplicación de sustancias químicas, aunque «se encuentra encallado de tal manera, que se correría el riesgo de que al final los restos químicos contaminen el agua del mar, agravando la situación», aseguraron. Otra de las alternativas, respaldada por el Ayuntamiento, es la de incinerar el ejemplar en el lugar donde se encuentra.

Comentarios