Toponimia de la Comunidad Autónoma Vasca

Toponimia de la Comunidad Autónoma Vasca

Ruben Remirez

Introducción

Uno de los aspectos principales de la identidad de un pueblo es su idioma, y dentro de éste ocupan un lugar especial los nombres de lugar o topónimos, fundamentalmente dentro de su corpus lingüístico . Por ello es importante cuidar y proteger la toponimia y transmitirla de forma adecuada a las generaciones venideras. Además, la toponimia es la viva expresión de la cultura, las costumbres y los acontecimientos históricos de un país, por lo que puede representar una fuente valiosa de información en cuanto testimonio anónimo de las inquietudes, necesidades y creencias de sus habitantes.

No conviene olvidar que la toponimia, al igual que otros muchos aspectos de nuestro patrimonio cultural, se enfrenta a la amenaza de la globalización que, debido a una tendencia hacia la uniformidad y de una manera casi inconsciente, entraña la imposición de nombres extraños y carentes de sentido, a la vez que quedan relegados otros nombres originarios y a menudo llenos de contenido y significado. Por otra parte, en tiempos recientes muchos habitantes han abandonado las zonas rurales en dirección a las zonas urbanas, obedeciendo a presiones económicas, lo que ha provocado la pérdida de informantes y testigos con la consecuente desaparición de algunos topónimos originarios.

Dado que con el transcurso del tiempo los nombres de lugar van transformándose, aparecen nuevas denominaciones y desaparecen algunas antiguas, sucede a menudo que para un mismo lugar nos encontramos con más de un topónimo . En tales casos, igual que en otras áreas de la lengua, resulta conveniente reglamentar y normalizar los topónimos y someterlos a un filtro de normalización lingüística y geográfica, para que los hablantes puedan disponer de una toponimia normalizada y se difunda la riqueza de los nombres de los diferentes rincones de nuestra geografía y nuestros pueblos por medio de mapas actualizados.

Hay, por lo tanto, dos razones importantes para estudiar y normalizar la toponimia:

  • Disponer y difundir nombres de lugar normalizados, de modo que se eliminen las dudas, usos erróneos y malentendidos que surgen en torno a la toponimia en muchas áreas de trabajo tales como los medios de comunicación, publicaciones, administración pública, rotulación, etc.
  • Incorporar la toponimia normalizada a la cartografía en todas las escalas.
Además, las nuevas tecnologías nos brindan una oportunidad sin precedentes, al poner a nuestro alcance por medio de Internet una multitud de herramientas relacionadas con la toponimia, como por ejemplo los sistemas de información geográfica (SIG). Estas aplicaciones son muy útiles, tanto para facilitar las consultas sobre topónimos en la red como para darlos a conocer entre los usuarios. Se trata sin duda de otra vía más que conviene explorar si pretendemos difundir una toponimia normalizada.

La conclusión que se desprende de todo esto es evidente, resumiéndose en la enorme importancia de regular la toponimia y difundirla entre los usuarios.

La toponimia y la normalización de topónimos

Metodología de la toponimia

El cometido principal de los trabajos sobre toponimia es el de regular y normalizar los nombres de lugar, determinando y fijando la ortografía de los topónimos y su ubicación en los mapas. La consecución de esta meta supone un desarrollo en tres fases: la fase de investigación, la normalización lingüística y la normalización geográfica.

1.- La fase de investigación:

Esta fase del trabajo se compone de dos pasos fundamentales:

  • Vaciado de fuentes escritas: El análisis y vaciado de la documentación escrita relacionada con el área geográfica que esté bajo consideración tendrá en cuenta, por un lado, las fuentes de documentación bibliográfica, y por otro, las fuentes cartográficas.

    Dentro del primer grupo se tomará en consideración una variedad de documentos tales como los provenientes de archivos y registros, publicaciones generales, trabajos monográficos, fuentes históricas, etc. Estas fuentes proporcionan información fundamental para el conocimiento de la evolución de los nombres de lugar y sus denominaciones originales. Por otra parte, incluidos en el grupo de las fuentes cartográficas se encuentran los mapas, gráficos y planos de distintos períodos, por medio de cuyo estudio completaremos la información recogida de las fuentes bibliográficas; así, a través de la investigación de la cartografía actual y de otras épocas, lograremos aclarar muchas cuestiones tales como la difusión de los topónimos, su ubicación y las entidades geográficas a las que corresponden.

    No obstante, en esta fase preliminar también procede realizar una valoración de toda la documentación recogida, para lo cual es imprescindible fijar ciertos criterios, entre los cuales mencionaremos el ámbito geográfico del estudio, dificultades de transcripción de la documentación, la cantidad de topónimos del documento, etc.

    Después de haber analizado las fuentes documentales y cartográficas y haber realizado el vaciado de dichos documentos, dispondremos de información valiosa sobre los topónimos de diferentes períodos, sus ubicaciones geográficas, etc.

  • Recogida de datos orales o trabajo de campo: Las fuentes orales nos permitirán conocer la toponimia empleada por las generaciones anteriores y actuales, es decir, la toponimia viva. Su recogida se centrará en la encuesta toponímica, para la cual se debe seguir una metodología determinada que se fundamenta en ciertos criterios, entre los cuales están el propósito del estudio toponímico del que se trata, los recursos disponibles, el plazo para concluir el trabajo, la naturaleza del terreno, la accesibilidad del lugar, y la relación existente entre el encuestador y el área, entre otros.

    La encuesta toponímica oral servirá para comprobar y confirmar los topónimos obtenidos de las fuentes escritas, a la vez que nos proporciona nueva información sobre su pervivencia y su exacta ubicación. En definitiva, por medio de la encuesta toponímica conoceremos el testimonio de los habitantes locales sobre cómo se denomina cada sitio y las variantes que eventualmente tengan esos nombres.

Con el vaciado de las fuentes escritas y el trabajo de campo se dan por cumplidos los pasos iniciales necesarios que constituirán la primera fase de un estudio de toponimia.

2.- Normalización geográfica de los topónimos

La cartografía suele ser el medio principal para la difusión de la toponimia normalizada, y por lo tanto, cuando hablamos de normalización geográfica nos referimos en realidad a la incorporación de los topónimos a la cartografía. Para ello, hay que asignar referencias geográfico-espaciales a los nombres de los lugares, es decir, sus coordenadas UTM. A la hora de determinar las coordenadas deben distinguirse tres clases de topónimos: topónimos de área, topónimos puntuales y topónimos lineales.

En los topónimos de área (cordilleras, cadenas montañosas, embalses, parques naturales, ciertos usos del terreno y otros) las coordenadas se colocarán aproximadamente en el centro del área, es decir, en el centroide. Para los topónimos puntuales (picos, iglesias, ermitas, fuentes, molinos, ruinas, caseríos, dólmenes, puertos de montaña) las coordenadas se ubicarán en el elemento que designan. De los topónimos lineales, únicamente los hidrónimos tienen coordenadas, las cuales se sitúan en su salída al mar.

Cada topónimo tiene un componente específico (como Zadorra ibaia, el río Zadorra) y un componente genérico (Zadorra ibaia, el río Zadorra). Al rotular los topónimos en mapas, a veces aparecerán ambos componentes y otras veces sólo la parte específica. Así por ejemplo se rotulará Gorbeiako Parke Naturala (Parque Natural de Gorbeia: el específico y el genérico); sin embargo, en el caso de los caseríos sólo aparecerá el componente específico en los mapas (Goikoetxea, Antxeta…); en este caso el elemento genérico será especificado por medio de un pictograma o icono convencional. Además, se emplearán otros recursos para indicar el componente genérico en los mapas, tales como el tamaño o tipo de letra, color, etc.


3.- Normalización lingüística de los topónimos:

El criterio fundamental de la cartografía es que un lugar debe tener un único nombre. Esto supone que para especificar el nombre de lugar es necesario realizar una elección entre las variantes documentadas y recogidas oralmente. A tal efecto, debemos identificar los problemas que presenta un topónimo determinado en cuanto a su forma, como por ejemplo la monoptongación de diptongos (Aizketa versus Ezketa), pérdida de vocales (¿Iturrioz o Iturroz?), etc. A continuación aplicaremos los criterios establecidos para la normativización de topónimos por Euskaltzaindia / Real Academia de la Lengua Vasca, a quien el artículo 10 de la Ley 10/1982, de normalización del uso del Euskera otorga competencia en dicha materia. Estos criterios de normalización se encuentran recogidos en el libro Toponimia txikia arautzeko irizpideak, donde se reúnen las reglas aprobadas en el área de la normalización lingüística de topónimos por la Comisión de Onomástica de Euskaltzaindia, con ejemplos. Son muchos los problemas que se tratan ahí, proponiendo sus respectivas soluciones, tales como por ejemplo:

  • El tratamiento de los pluralizadores no vascos: Meagas > Meaga
  • La harmonía vocálica: Arlonagosie > Arlonagusia
  • Yod epentética: Belabiya > Belabia
  • Vocal protética: Rekalde > Errekalde

El documento que recoge los criterios de normalización lingüística está disponible en Internet a través de la web www.kultura.ejgv.euskadi.net.

Mediante todo este proceso obtendremos el conjunto de topónimos normalizados. El último paso consistirá en establecer la entidad geográfica (arroyo, río, embalse…) correspondiente a cada nombre, sin olvidar que debe haber una única entidad geográfica para cada topónimo.

Trabajos de toponimia realizados pos la Viceconsejería de Política Lingüística

La Viceconsejería de Política Lingüística (VPL) trabaja desde hace años en la recogida, análisis y normalización de la toponimia de la CAV hace mucho tiempo. El artículo 16 del Decreto 25/2006 del 14 de febrero, por el que se establece la estructura orgánica del Departamento de Cultura, asigna al Dirección de Promoción del Euskara de la Viceconsejería de Política Lingüística la siguiente función:

  • Normalización toponímica en la señalización viaria y el paisaje lingüístico en general, que no correspondan a la Comisión Especial de Toponimia del Consejo Asesor del Euskera.

Por otra parte, la Comisión Especial de Toponimia fue creada por el Decreto 156/1996 del 18 de junio para la transformación del Consejo Asesor del Euskera. El artículo 16 de dicho Decreto establece, entre las funciones de esa Comisión de Toponimia, las siguientes:

  • Asesorar a la Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco sobre las necesidades y las prioridades con respecto a la recogida, recuperación, inventariado y conservación de los topónimos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
  • Proponer los criterios y reglas de escritura para el empleo de los topónimos en mapas, libros, rótulos y medios de difusión en general.

En cumplimiento de sus funciones legalmente establecidas, la VPL ha llevado a cabo una serie de trabajos durante los últimos veinte años: en 1986 comenzó a recoger la toponimia de la CAV mediante la recopilación de nombres de lugar del territorio de Bizkaia en una base de datos; más tarde, en 1991, amplió su base de datos con la inclusión, por medio de trabajos de recogida, de la toponimia de Gipuzkoa y Álava. Todos estos trabajos fueron encargados al Instituto Deiker de la Universidad de Deusto. Desde entonces la Viceconsejería de Política Lingüística ha seguido actualizando y completando continuamente la base de datos de toponimia.

Entre tanto, el 28 de julio de 1998 la Comisión de Gobierno aprobó y adoptó el Plan General de Promoción del Uso del Euskera, donde se establecía la necesidad de la recogida de toponimia. Por lo tanto, en cumplimiento de lo establecido por dicho Plan, la Comisión Especial de Toponimia del Consejo Asesor del Euskera aprobó el "Plan de Actuación sobre Toponimia 1999-2003" a través del cual realizó, entre otras cosas, el trabajo "Revisión de la toponimia de Bizkaia para cartografía a escala 1:5.000". Para ese proyecto la VPL y Euskaltzaindia desarrollaron y establecieron nuevas reglas de normalización, que posteriormente fueron aprobadas por la Comisión de Onomástica de la Real Academia de la Lengua Vasca.

La nueva recogida de toponimia de Bizkaia a la que nos hemos referido tenía el propósito de revisar los topónimos recogidos en el primer inventario de 1986 y repetir el trabajo de campo. Este proyecto se distinguía del anterior por dos novedades: se aprobaron nuevos códigos geográficos y se reexaminaron y adoptaron nuevas normas lingüísticas.

Los topónimos o nombres de lugar reunidos en el referido estudio sobre la toponimia vizcaína se recogieron principalmente en entrevistas dentro del programa de trabajo de campo. Asimismo se estudiaron fuentes de documentación y fuentes cartográficas y se consultó una amplia bibliografía sobre el tema que incluía obras generales, diccionarios de geografía y de geografía histórica, monografías locales, tesis y tesinas universitarias, investigaciones específicas sobre toponimia, estudios lingüísticos especializados, etc. El último paso de la investigación consistía en pasar los topónimos recogidos por el filtro de la normalización lingüística, de donde se obtuvo el conjunto de topónimos normalizados. Por último, esos topónimos se incorporaron a la cartografía a escala 1:5.000.

Después de terminar la revisión del territorio de Bizkaia, la VPL inició en 2005 la contratación para revisar la toponimia alavesa, por concurso público al igual que el caso anterior. Su propósito era revisar, normalizar e incorporar a la cartografía 1:5.000 la toponimia de Álava y su capital en la base de datos de 1991, volviendo a aplicar los criterios y la nueva normativa lingüística ya utilizados para Bizkaia, pero esta vez sin repetir el trabajo de campo.

En ese proyecto se llevó a cabo el vaciado de fuentes documentales mediante el análisis de fuentes cartográficas, archivos y publicaciones especializadas, es decir, los documentos que reúnen información escrita de utilidad. En cuanto a la normalización toponímica, fue necesario una vez más modificar las reglas, para adaptarlas a la casuística y realidad peculiares del territorio de Álava.

Finalmente, para completar las investigaciones sobre la toponimia de la CAV, la VPL pondrá en marcha este año la revisión de la toponimia guipuzcoana, proyecto que se prevé se concluirá en diciembre de 2007. El trabajo sobre Gipuzkoa seguirá fundamentalmente las mismas líneas que los estudios vizcaíno y alavés, basándose en los mismos procedimientos que los anteriores para llevar a cabo la normalización lingüística y geográfica. Como en la revisión de los topónimos alaveses, para los guipuzcoanos tampoco se realizará trabajo de campo. Por consiguiente, los objetivos de este trabajo serán los siguientes

  • Revisar la toponimia del territorio guipuzcoano recogida en la base de datos de la CAV de la Viceconsejería de Política Lingüística
  • Llevar a cabo, al mismo tiempo, la normalización lingüística y geográfica necesaria.
  • Incorporar los resultados de estos trabajos en la cartografía a escala 1:5.000.

Una vez finalizada la revisión de Gipuzkoa, la toponimia de todos los territorios de la CAV se habrá normalizado, con lo cual, además de ofrecer los nombres de lugar de Bizkaia y Álava normalizados y actualizados en la página web de toponimia www.euskadi.net/euskara_eaetoponimia, los usuarios dispondrán también de la información correspondiente a Gipuzkoa, mejorando así notablemente el servicio sobre toponimia.

La base de datos de toponimia de la CAV

La Viceconsejería de Política Lingüística ha reunido en una base de datos el resultado de los trabajos que se han llevado a cabo hasta ahora en el campo de la toponimia, con el objetivo de poner a disposición de todos los usuarios la información sobre los topónimos de la CAV. Se han reunido en ella tanto la recogida de toponimia de Bizkaia (2003) como el trabajo de toponimia de Álava (2005), y a partir de 2007 también podrá ser consultado el contenido del nuevo trabajo de toponimia de Guipúzcoa.

La base de datos se ha organizado y dividido en los siguientes grupos de topónimos

  • Topónimos documentados: Nombres de lugar obtenidos mediante la investigación y vaciado de fuentes documentales escritas.
  • Topónimos documentados cartográficos: Los recogidos mediante el vaciado de fuentes cartográficas
  • Topónimos orales: Topónimos recogidos mediante encuestas realizadas en trabajos de campo.
  • Topónimos normalizados: Tal y como se ha explicado en el apartado anterior, una vez analizados tanto los topónimos orales como los documentados, se ponen en marcha dos procesos de normalización, la normalización lingüística y la normalización geográfica, a partir de los cuales se obtienen los topónimos normalizados.
  • Topónimos cartográficos: Los topónimos destinados a integrar los mapas.

La VPL actualiza y corrige continuamente la información de la base de datos de toponimia, por medio de una aplicación de mantenimiento especialmente diseñada para ese propósito.

La aplicación de toponimia de Internet

(1)

En breve, la Viceconsejería de Política Lingüística ofrecerá a todo aquel que lo desee la posibilidad de consultar en Internet (www.euskadi.net/euskara_eaetoponimia) la información toponímica actualizada, recogida en su base de datos. Los usuarios tendrán la posibilidad de realizar tanto consultas simples como avanzadas.

Mediante la consulta simple, el usuario podrá buscar topónimos normalizados tanto ligados a entidades geográficas (nombres de caserío, arroyos, picos…) como a municipios (topónimos de Legazpi, Zigoitia...).

Si se realiza una búsqueda avanzada, además de la toponimia normalizada también se podrán realizar consultas de topónimos documentados, topónimos recogidos oralmente, topónimos documentados cartográficos y las reglas de normalización.

Asimismo, las empresas o especialistas del ámbito de la toponimia y las instituciones podrán solicitar la toponimia de una zona o municipio determinado en un apartado creado especialmente para ello.

La cartografía será otra de las innovaciones que forma parte de la oferta en Internet: por medio de una aplicación SIG/GIS (Sistema de Información Geográfica), se unirán la toponimia normalizada y la cartografía, con lo que el usuario verá los nombres de lugar incorporados en los mapas, y a la inversa, si selecciona topónimos en los mapas, podrá visualizar su ficha completa: entidad geográfica, topónimo oral, reglas de normalización, etc.

Igualmente, la VPL seguirá actualizando la información toponímica en Internet. Además, se ofrecerá a los usuarios de la página web la posibilidad de participar en ese proceso, para lo cual dispondrán de un apartado especial donde enviar sus dudas, sugerencias, etc.

En resumen, por medio de Internet la VPL desea cumplir su compromiso de ofrecer un servicio útil y especializado para dar a conocer la toponimia, teniendo en cuenta las necesidades de información de los usuarios.

Las entidades de población de la CAV

En el proceso de normalizar la toponimia de la CAV, la VPL siempre ha subrayado la necesidad de oficializar los nombres de las entidades de población de una manera correcta, es decir, conforme a las formas fijadas por Euskaltzaindia. El especial empeño de la VPL en este sentido queda patente en el número de municipios, juntas administrativas (concejos) y entidades de población menor que han cambiado sus nombres oficiales.

En ese sentido, se ha tenido en cuenta el criterio fijado por el artículo 10.1 de la Ley 10/1982, de 24 de noviembre, básica de normalización de uso del euskera, según la cual, en caso de cambiar, modificar o establecer los nombres de entidades de población, hay que respetar la grafía que corresponda al nombre originario, sea este vasco, castellano o romance.

En dicho proceso de cambio u oficialización de los nombres, debe recordarse que cada tipo de entidad de población ha de seguir un procedimiento legal específico. He aquí los tipos de entidad y la legislación correspondiente a cada una:

  • Municipios de Bizkaia: Norma Foral 8/93, del 7 de julio, (BOB, 26 de julio de 1993)
  • Municipios de Gipuzkoa: Norma Foral 2/2003, del 17 de marzo, (BOPV, 26 de mayo de 2003)
  • Municipios de Álava: Decreto 271/1983, del 12 de diciembre, (BOPV, 21 de diciembre de 1983)
  • Concejos de Álava: Decreto Foral 98/1995, del 17 de octubre (BOTHA, 6 de noviembre de 1995)

Esan bezala, lege-arau horietan jasotzen dira izenak aldatzeko jarraitu beharreko pausoak, eta azpimarratu beharra dago prozedurak luzeak eta korapilotsuak direla. Hori dela-eta, HPSk, orain arte egin duen bezala, aurrerantzean ere (prozesua ez baita amaitu) izen ofiziala aldatu nahi duten biztanle-entitateei laguntza eskaintzen jarraituko du, batez ere Arabako kontzejuen kasuan, horrelakoek baitute laguntza-premia handiena.

Gai honen inguruan informazio sakonagoa nahi duen orok euskara atarian sartuta aurkituko du; bertan EAEko biztanle-entitateen izen ofizialen zerrenda eguneratua ere kontsultatu daiteke.

Nomenclátor toponímico de la CAV

Después de recoger y normalizar la toponimia de la CAV y reunirla en una base de datos, el siguiente paso consistirá en elaborar un nomenclátor con los topónimos de la CAV.

Un nomenclátor toponímico es un documento que reúne la toponimia de un área determinada. Algunos de ellos no son más que unas sencillas listas de topónimos. En nuestro caso, sin embargo, estamos hablando de un nomenclátor geográfico, el cual incorpora otros elementos: cartografía, ubicaciones de los topónimos, datos sociolingüísticos, etc.

Recientemente, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España presentó un borrador de proyecto llamado Nomenclátor Geográfico de España. El proyecto del IGN ofrece a todas las comunidades autónomas la posibilidad de incorporar sus nomenclátores toponímicos a dicho proyecto. En el caso de la toponimia de la CAV, con ello se cumplirían tres objetivos:

  1. Otorgar a la toponimia normalizada de la CAV rango de oficialidad, ya que corresponde al Registro Central de Cartografía del IGN recoger la toponimia oficial. Por consiguiente, la realización del Nomenclátor de la CAV es un paso imprescindible para que a través del Nomenclátor Geográfico de España nuestra toponimia normalizada tenga rango oficial.
  2. Disponer de nombres de lugar normalizados y así evitar la confusión que se produce a menudo en torno a los topónimos. De hecho, muchas veces se usan distintos nombres para designar un mismo sitio tanto en cartografía, como en los medios de comunicación, publicaciones, entidades públicas, etc.
  3. Incorporar y difundir la toponimia normalizada y oficial de la CAV en cartografía a diferentes escalas.

El proyecto de Nomenclátor Toponímico de la CAV deberá reunir las siguientes características:

  • Formato digital: esto permitirá la realización de búsquedas según diferentes criterios (por topónimo, municipio, territorio, escala…).
  • El punto de partida para la organización de la información toponímica sería el municipio (cartografía, superficie, número de habitantes, situación sociolingüística, etimología, etc.).
  • Escala base de 1:5.000, ya que es la que emplean las Diputaciones Forales y la utilizada para el catastro. No obstante, debido al formato digital, el Nomenclátor posibilitará las consultas en varias escalas (1:10.000, 1:25.000, 1.50.000…).
  • Compatibilidad con el Nomenclátor de España: como ya se ha dicho, el IGN está desarrollando el proyecto del Nomenclátor de España, y en el habría que integrar la toponimia de todas las comunidades autónomas. Por lo tanto, para que nuestro nomenclátor sea compatible con el del IGN, será imprescindible la colaboración entre dichos organismos.
  • Basado en la colaboración interinstitucional: el proyecto del nomenclátor de la CAV requeriría una implicación por parte de muchas instituciones, tales como la Viceconsejería de Política Lingüística, la Dirección de Ordenación Territorial del Gobierno Vasco, las Diputaciones Forales, EUSTAT, Euskaltzaindia, los ayuntamientos de la CAV y el propio IGN.

Glosario básico

Código geográfico: número que representa el tipo de entidad geográfica correspondiente al topónimo o nombre de lugar.

Componente específico: Elemento del topónimo que lo identifica de manera particular. En general puede decirse que es el nombre propio del topónimo. El componente específico puede contener uno o más elementos. Por ejemplo:

  • Galburusoro baserria: componente específico: Galburusoro
  • Urtiaga erreka: componente específico: Urtiaga

Componente genérico: Elemento del topónimo que identifica de modo genérico el tipo de entidad geográfica de un topónimo. Por ejemplo:

  • Galburusoro baserria: componente genérico: baserria [caserío]
  • Urtiaga erreka: componente genérico: erreka [arroyo]

Corpus lingüístico: conjunto de textos escritos y/o orales recogidos para realizar investigaciones lingüísticas, y que sirve como muestra de un determinado idioma. Los topónimos son parte importante del corpus.

Entidades geográficas: los nombres de lugares (topónimos) suelen incluir un componente específico (Zadorra, por ejempo) y un componente genérico (río); la entidad geográfica puede ser cualquier elemento del paisaje, tanto natural (monte, arroyo…) como artificial (plaza, avenida…) que tenga o pueda tener nombre; usualmente coincide con el componente genérico del topónimo. Cuando el componente genérico y la entidad geográfica no coinciden, suele ser a causa de diferencias entre el lenguaje popular y la terminología científica. Ejemplo:

  • Gastaka Errotea, topónimo oral: errota [molino], genérico; baserria [caserío], entidad geográfica.

Fuentes cartográficas: cualquier documento gráfico (mapas, planos, croquis…) que recoja topónimos.

Fuentes documentales: fuentes que proporcionan información fundamental para conocer la evolución de los topónimos y los nombres originales; las fuentes documentales más consultadas suelen ser los archivos municipales, los de las Diputaciones Forales, iglesias, registros de propiedad, documentos no impresos, catastros antiguos…

Normalización geográfica: el proceso de incorporación de la toponimia a la cartografía, en el cual se establecen criterios gráficos y geográficos homogéneos, asignando coordenadas a los topónimos y determinando asimismo su forma de rotulación.

Normalización lingüística: consiste en la aplicación a los topónimos de ciertas reglas o criterios lingüísticos predeterminados. Estas reglas y criterios se establecen después de analizar el material obtenido del trabajo de campo y tras la comparación y análisis de numerosos documentos, siempre tomando como base las reglas básicas de la evolución de la lengua. De esta manera se resuelven los problemas planteados por los topónimos desde un punto de vista lingüístico, y se obtienen los topónimos normalizados.

Sistema de Información Geográfica (SIG): sistema para recoger, analizar y representar datos espaciales acerca de áreas de la geografía mundial; incorpora infraestructuras informáticas, información espacial, instituciones, personal y formas de organización.

Toponimia: disciplina que estudia los nombres de lugar, divisiones administrativas, entidades de población y elementos geográficos.

Topónimo: cualquier término empleado comúnmente como nombre de un lugar o para designar una entidad geográfica. Un topónimo es un nombre propio compuesto de un elemento específico y, la mayoría de las veces, un componente genérico. Por ejemplo, en Mugarra mendia [monte Mugarra], Mugarra es el componente específico, mendia [monte] el genérico.

Topónimos documentados: topónimos que provienen de fuentes de documentación escritas. La grafía original se mantiene. Ejemplo: Olaun txarra erreca aldea.

Topónimos documentados cartográficos: nombres de lugar recogidos por medio del vaciado de fuentes cartográficos (mapas, gráficos, planos, croquis…). He aquí algunos ejemplos: Gaubeca, Urticoerrote, Artebacarra.

Topónimos normalizados: topónimos establecidos tras analizar los topónimos documentados y orales y aplicar las reglas de normalización. Ejemplos: Billao, Errotatxu, Etxandarri.

Topónimos orales: nombres de lugar comúnmente utilizados por la población local y recogidos por medio de encuestas de trabajo de campo. Ejemplo: Arrañeta errekea.

Galburusoro baserria: Galburusoro,

 




    Bibliografía

UNIVERSIDAD DE DEUSTO. INSTITUTO DEIKER. (2003): Informe del trabajo de investigación sobre la toponimia de Bizkaia para la cartografía 1:5.000.

EUSKALTZAINDIA, EUDEL y GOBIERNO VASCO (DEPARTAMENTO DE CULTURA) (2001): Euskal Autonomia Erkidegoko biztanle-entitateak. Entidades de población de la Comunidad Autónoma Vasca.

GOBIERNO VASCO, DEPARTAMENTO DE CULTURA (2001): Izen geografikoen glosarioa.

EUSKALTZAINDIA. COMISIÓN DE ONOMÁSTICA (2005), Toponimia txikia arautzeko irizpideak (Autor: Mikel Gorrotxategi Nieto)

GOBIERNO VASCO (2002): Toponimia eta kartografia: Oinarrizko Eskuliburua (Autora: Nerea Mujika Ulazia).

Comentarios