El Patronato trata de consensuar con ecologistas y vecinos la regeneración de la marisma en San Cristóbal

elcorreo COSTA
El Patronato trata de consensuar con ecologistas y vecinos la regeneración de la marisma en San Cristóbal
El órgano gestor de la reserva quiere eliminar el relleno de La Vega y crear una laguna
MAIKA SALGUERO/BUSTURIA
El Patronato trata de consensuar con ecologistas y vecinos la regeneración de la marisma en San Cristóbal
SOLUCIONES. Una de las alternativas es la creación de una laguna de agua salada. / MAIKA SALGUERO

La Reserva de la Biosfera de Urdaibai es el primer espacio protegido de la Comunidad Autónoma Vasca y cuenta con una extensión de 220 kilómetros cuadrados. La UNESCO calificó este enclave como Reserva de la Biosfera en 1984 dado el valioso patrimonio natural, cultural y social que atesora. Sin embargo hasta esta distinción, el paisaje de la reserva no había parado de evolucionar. Antiguamente esta área estaba formada por marisma, más tarde a finales del siglo XVIII, fue utilizada con fines agrícolas y ganaderos y, finalmente, la revolución industrial obligó a los lugareños a abandonar estos terrenos para trasladarse a la ciudad.

Una parte importante de la marisma se perdió cuando en los años 70 la empresa naviera Astilleros de Murueta realizó un dragado para facilitar la botadura de sus embarcaciones. Los sedimentos extraídos se depositaron en San Cristóbal, en el relleno conocido como La Vega. Así nació un terreno de más de 21 hectáreas de arena y fango procedente de la ría de Urdaibai. En esa zona apenas crece flora.

Con el paso de los años, el enclave se ha convertido en un espacio muy frecuentado por los vecinos para pasear y tomar el sol, y por ornitólogos y amigos de la naturaleza, que aprecian este paisaje por su carácter salvaje.

El Patronato de Urdaibai se ha propuesto regenerar este entorno. Primero se centró en los arenales de Laga y Laida y ahora le toca el turno al interior de la marisma. «Sólo trataremos de mejorar lo que ahora existe ya que el área está muy deteriorada por su estado de abandono», explicó esta semana el director de la institución, Xabier Arana.

No obstante, antes de redactar un proyecto, el órgano supramunicipal ha mantenido contactos con biólogos, ornitólogos, ecologistas e incluso vecinos para que aporten ideas y muestren su opinión sobre la actuación que se pretende efectuar en la marisma. «Por naturaleza somos reacios a los cambios pero, poco a poco, y mostrándoles que el lugar apenas sufrirá alteraciones, mejoraremos un espacio abierto al público y al mismo tiempo atraeremos a más especies», afirmó.

Entre las propuestas que se barajan, la más sencilla y económica, consiste en la creación de una laguna de agua salada que ocupe el relleno. «Excavaríamos el centro y la arena extraída la depositaríamos en los alrededores formando una altura de tres metros como máximo. A través de dos compuertas entraría el agua del mar y se crearía un ecosistema ideal para atraer a cientos de aves», manifestaron los técnicos de la Universidad del País Vasco encargados de elaborar el anteproyecto.

Sendero ornitológico

La idea concluiría con la construcción de un sendero, por donde el público podría pasear y disfrutar del entorno a través de miradores. «Otras alternativas contemplan extraer más terreno y retirarlo de la zona con camiones, pero además de las molestias ocasionadas por el tráfico pesado, resulta más costosa. Veremos finalmente que se decide», indicaron.

Los ecologistas aplauden la iniciativa pero aseguran que resulta incompatible crear una extensión donde habiten aves y al mismo tiempo que sea contemplada de cerca por visitantes. «En Txingudi hemos realizado un proyecto parecido donde viven cientos de ejemplares y cerca de 45.000 personas la frecuentan al año», replicó Arana. De momento, el plan todavía carece del visto bueno de la Demarcación de Costas, propietario de la extensión. «Es una idea que todavía está en proceso de incubación y que, si todo va bien, requiere de varios años», anunció Xabier Arana.

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